PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA

José Raúl Mulino Quintero

Presidente de la República de Panamá

José Raúl Mulino Quintero, quien nació el 13 de junio de 1959 en David, Chiriquí, República de Panamá, fue elegido presidente en las elecciones generales del 5 de mayo de 2024. Mulino, abogado de profesión, cuenta con una amplia trayectoria en el ámbito legal, gubernamental y político.

Educado en el Colegio San Vicente de Paúl en David, Chiriquí (hoy conocido como Colegio San Agustín), Mulino continuó sus estudios superiores en la Universidad Santa María La Antigua (USMA) de Panamá, donde se licenció en Derecho y Ciencias Políticas en 1982. Posteriormente, obtuvo una maestría en Derecho Marítimo en la Universidad de Tulane, Nueva Orleans, en 1983.

En el ámbito profesional, Mulino inició su carrera como abogado en 1983 y se destacó como socio fundador del bufete Fábrega, Molino y Mulino en 1988, donde permaneció hasta 2015. Desde entonces, ha sido consejero en la firma de abogados Mulino & Mulino. Su experiencia se extiende al sector marítimo internacional, donde ha representado a empresas navieras, armadores y bancos en Europa y Asia desde 1989.

La carrera pública de Mulino es igualmente notable. Comenzó como viceministro de Relaciones Exteriores en 1990, y en 1993 fue nombrado ministro de Relaciones Exteriores, cargo que ocupó hasta 1994. Durante su mandato, en abril de 1994, fue el primer canciller panameño en visitar Rusia tras 90 años de relaciones diplomáticas. También se desempeñó como magistrado suplente de la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia entre 1994 y 1996. En el gobierno de Ricardo Martinelli, fue nombrado ministro de Gobierno y Justicia en 2009 y luego ministro de Seguridad Pública en 2010, cargo que ocupó hasta 2014.

 

En el ámbito político, Mulino ha liderado varios partidos, incluyendo la presidencia del Partido Solidaridad (2005-2008) y del Partido Unión Patriótica (2008-2011). En 2018, fue precandidato presidencial del Partido Cambio Democrático. Finalmente, el 5 de marzo de 2024, se convirtió en el candidato presidencial del partido Realizando Metas (RM) y ganó las elecciones generales en mayo de ese mismo año. 

Mulino es también conocido por su participación en la Cruzada Civilista Nacional, donde jugó un papel clave en la oposición al régimen de Manuel Antonio Noriega, contribuyendo a su caída en 1989. Además, ha ocupado cargos en el sector empresarial, siendo presidente de APEDE y vicepresidente de CONEP entre 1989 y 1990. 

José Raúl Mulino está casado con Maricel Cohen desde 1985 y es padre de cuatro hijos: José Raúl Jr., Monique Alexandra, Alexandra Victoria y Verónica Isabel Mulino Cohen. También es abuelo de cuatro nietos: Sofía Victoria, Samuel Ignacio, Isabella Mía y Camila Mar.

Mulino ha recibido numerosas condecoraciones en reconocimiento a su servicio, incluyendo la Gran Cruz de la República de Panamá, Colombia, Argentina, la Gobernación de Antioquia y la Cruz Peruana al Mérito Naval, entre otras. 

El 1 de julio de 2024, Mulino asumió la presidencia, convirtiéndose en el séptimo presidente electo de Panamá en la era democrática, marcando un nuevo capítulo en la historia política del país.

ACERCA DEL

Palacio de las Garzas

La Presidencia de la República de Panamá lleva el nombre de Palacio de las Garzas debido a 2 garzas que diera en obsequió el poeta Ricardo Miró al Presidente Belisario Porras en el año 1922, desde ese entonces estas aves se han convertido en habitantes de honor del Palacio. Este edificio en el pasado funcionó como un Banco Nacional, Oficinas de Aduanas y en una época hasta sirvió de depósito.
En su interior se pueden encontrar distintos murales y esculturas alusivos a los valores y a la historia de Panamá.

El Palacio de las Garzas o Palacio Presidencial es un símbolo de nuestra identidad Nacional y cuenta una historia que data de hace más de 300 años, cuando las autoridades locales abandonaron la antigua Ciudad de Panamá, destruida por las tropas del pirata Henry Morgan, en busca de un sitio que les permitiera estar resguardados ante futuros ataques.
Luego de establecer una sede temporal en San Juan Bautista, Penonomé, las autoridades, encabezadas por el Gobernador Fernández de Córdoba y Mendoza, decidieron ubicarse en el denominado Sitio de Ancón (actual Casco Viejo), donde planeaban construir una larga muralla con el fin de resguardarse de futuros ataques.

Ante el fallecimiento del Gobernador Fernández de Córdoba y Mendoza el 8 de abril de 1673, asumieron su cargo el obispo Antonio De León y el oidor Luis Lozada de Quiñones quienes continuaron el proyecto de construir la muralla.

Mientras se trabajaba en la confección de la larga muralla. Al mismo tiempo, Lozada construía su ostentosa mansión en 1673, de la cual fue removido tiempo después al ser acusado por miembros de la comunidad de hacer mal usos de los materiales de construcción destinados para la muralla, además de ser denominado una autoridad compulsiva.
Aquella mansión pasó a ser el hoy conocido Palacio de las Garzas. A pesar de que el edificio ha sido remodelado en varias ocasiones, siempre ha conservado aquel diseño colonial que lo hace imponente y que lo describe con un criterio elegante y sofisticado.

En un comienzo, cerca de 1740, el Palacio de las Garzas fue sede de la oficina de Aduana. Sin embargo, 16 años después, en 1756, el edificio fue blanco de un incendio que destruyó parte importante de su infraestructura.
Luego de ser restaurado, el Palacio de las Garzas fue usado como un depósito en 1821, también fue escuela normal de varones en 1872, Casa de Gobierno, sede del Banco Nacional, hasta ser designado Palacio Presidencial en 1875, a pesar de que aún en ese momento el Estado panameño formaba parte de Colombia.

En 1880, se empezó a ver más resplandeciente que nunca, y es que fue hasta esa fecha que el edificio contó, por primera vez, con luz eléctrica.

Como toda infraestructura, el Palacio de las Garzas con el pasar de los años se deterioraba, por lo que en ese mismo año (1922), el Presidente Porras decide hacer una nueva restauración, pero esta vez incorporándole una segunda y tercera planta, además de remodelar el comedor presidencial, salón Amarillo y patio central.

Los trabajos realizados tenían el sello de uno de los arquitectos más reconocidos de aquella época, se trataba de Leonardo Villanueva-Meyer, quien se esmeró para dejar una infraestructura impecable sin perjudicar su atractivo.

La entrega de la remodelación se realizó el 3 de agosto de 1923 y en aquel entonces no sólo era ocupado por la Presidencia de la República, sino también por el Banco Nacional, que no se logró mudar del edificio sino hasta el año 1938.

Ese mismo año, el pintor Roberto Lewis atiende a una solicitud del Presidente Juan Demóstenes Arosemena, para decorar el comedor presidencial con murales pintados en óleo representativos de la historia y cultura de Panamá. El edificio ha hospedado a los distintos Mandatarios de la República a excepción de los Presidentes Ernesto Pérez Balladares, Mireya Moscoso, Martín Torrijos, Ricardo Martinelli y Juan Carlos Varela.

En la actualidad, el Palacio de las Garzas sigue contando historias en el Casco Viejo de la Ciudad de Panamá, y desde allí, con una posición y vista privilegiada, se muestra ante cientos de turista que lo visitan cada año.

Irónicamente, el poeta mayor de la patria, Ricardo Miro, aquel que le regalara las 2 Garzas al Presidente Belisario Porras escribió un poema como protesta en demanda de su liberación. Hoy el primer verso de este poema se puede leer en una placa de un pasillo en la planta baja de la Presidencia como un homenaje a su pluma y a su espíritu que es admirado por todos aquellos que lo visitan. A continuación, este poema completo.

Garzas Cautivas, por Ricardo Miró
A doña Oderay de Lefévre

En el patio andaluz, adonde apenas
penetra el sol en ondas fugitivas,
inmóviles, calladas, pensativas,
hay, como un par de enormes azucenas,
dos garzas melancólicas, cautivas.

¡Quién sabe si una noche, al escondido
juncal, cerca a la orilla melodiosa,
una mano llegó, vio al par dormido,
lejos la madre tierna y afanosa,
y arrebató los pájaros del nido!

al vez fue en el corral que en la ribera
levanta frente al mar su empalizada
donde un día, al nacer la primavera,
en la sorda explosión de una alborada,
vieron la luz del sol por vez primera.

¡Y ellas no saben del azul…! Sus huellas
no serán polvo de oro tras su vuelo
a la indecisa luz de las estrellas;
y con sus ojos tristes ven el cielo
y no saben que el cielo es para ellas.

Acaso si una mano, de repente,
las echara a volar, tras un momento
de supremo estupor, abriendo al viento
sus vírgenes plumajes, blandamente
se irían a embriagar de firmamento.

Pero no volarán, ni bajo el rico
oro del sol se encenderán sus galas,
ni ensartarán estrellas en el pico,
ni abrirán a la luna el abanico
blanco y maravilloso de sus alas.

¡Melancólicas garzas…! Y en el frío
patio sin luz ni sol, sobre las zancas,
simbolizan la imagen del hastío;
y ni siquiera saben que son blancas
porque nunca se vieron sobre un río.

Y allí, bajo las penas de sus galas
inútiles -libélulas de hielo-,
dormitan sin un ansia ni un anhelo,
y no saben aún que tienen alas
y que las alas son para ir al cielo.

Melancólicas garzas que en el frío
patio sin sol ni luz, sobre las zancas,
simbolizan la imagen del hastío,
y que nunca supisteis que erais blancas
porque nunca os mirasteis sobre un río.

Hay almas cual vosotras que ni huellas
dejarán ni sabrán nunca del vuelo
que nos lleva a vivir con las estrellas,
almas que ven atónitas el cielo
y no saben que el cielo es para ellas…

Para ellas el oscuro, el escondido
patio andaluz en donde el sol no alumbra;
y van, cobardemente, sin ruido
y a través de una gélida penumbra,
en viaje al mar sin playas del olvido.